29 de mayo de 2009

Ya quisiera yo



Ya quisiera yo ser librepensador,
no oír el rugir de tripas de tantos, ni su llanto, ni su dolor,
establecerme correcto, filósofo, neutral, independiente,
manejarme bien con toda la gente.

Ya me gustaría a mí alinearme con los no violentos,
regalar flores, descalzo, arrancadas de algún tiesto,
sin tener que poner la otra mejilla para nadie,
a no ser amenazado por ningún indeseable.

El caso es que me afectan las cotidianas tristezas,
la de los supermercados, la del metro y las aceras,
también las que me quedan lejos,
las de los secos desiertos, las de las verdes selvas.

El caso es que me parecen buena gente,
algunos luchadores del ocaso,
que se parten el pecho por ser escuchados,
que morirán en alguna esquina, tiroteados.

Quisiera ser más listo, pasar de largo,
saberme libre de culpa y limpio de pecado,
y ser alma caritativa, Maria Goretti o santa,
sufrir sólo un poquito, sólo lo que Dios manda.

No entender de política, ni de sus actualidades,
convencerme que es red de araña, nido de alacranes,
y mutilar mi alma y mi esencia de animal social,
saberme superior a tanta frivolidad.

El caso es que me afectan demasiado,
la tristeza de los suburbios, el drama urbano,
saber que seremos caníbales dentro de poco
y que no habrá carne suficiente para todos.

El caso es que me afecta, quizá más de lo normal,
tener tanto miedo al cruzar mi portal,
ver que arde mi ciudad o que sangra el asfalto.
Quizá debería ver menos el telediario.

Quisiera ser más listo, adoptar bien la pose,
librarme de etiquetas, hasta la de hombre,
y entender que sólo yo me entiendo
y que no me entiende nadie,
ser un buen ciudadano formal y respetable.

Omitir de mis canciones
palabras como: compañero, obrero,
justicia, guerrilla, paz, hambre o miedo,
y hablar del amor, de cosas bonitas, de mis recuerdos,
contar alguna anécdota graciosa
de cuando era quinceañero.

El caso es que me afectan las cotidianas tristezas,
la de los supermercados, la del metro y las aceras,
también las que me quedan lejos,
las de los secos desiertos, las de las verdes selvas.

El caso es que me parecen buena gente,
algunos luchadores del ocaso,
que se parten el pecho por ser escuchados,
que morirán en alguna esquina, tiroteados.

27 de mayo de 2009

EL JUEGO DE SER MADRE

La madre se quitó el ojo derecho y fue a venderlo. Envió el producto de la venta por correo urgente y esperó ansiosa, las noticias. Tiempo después recibió una carta escueta en la que pedía
más dinero. Vendió su pierna izquierda y todo su cabello castaño desteñido, envió apresuradamente el dinero y esperó. La respuesta llegó con retraso, en realidad, no fue una respuesta sino un nuevo mensaje de clamorosa necesidad. Salió inmediatamente a la calle y, ofreció su pecho escuálido y, como cobró una miseria vendió también sus antebrazos y algunas de sus gastadas vértebras. El dinero íntegro salió ese mismo día. Pasaron semanas hasta que llegó
un nuevo mensaje desesperado que movilizó a la anciana que ofreció, entonces, su vientre, su flaca y encorvada espalda, sus clavículas y la frente, quiso vender su ternura y su esperanza, pero no le fueron aceptadas en ninguna tienda. El envío fue hecho de inmediato y,como de costumbre, hubo de esperar meses antes de tener noticias y, cuando llegaron, fueron las de siempre.Vendió su naríz, sus labios, su cráneo, su viejo e inútil sexo, su mano izquierda, y le rechazaron por falta de atractivos, su memoria.Estaba segura de que ahora si lo lograría y, cuando tras varios meses de esperar llegó una nueva carta, supo que las cosas habían mejorado.Pero que aún faltaba mucho camino por recorrer y, como siempre, no le quedaba ni una sola moneda. Se quitó el ojo izquierdo, la pierna derecha, sus caderas desvanecidas, la arqueada columna vertebral, el corazón , el último suspiro, y suplicó que enviasen el producto de la venta.



Al día siguiente llegaba un alborozado telegrama, madre, no envíes más dinero, he triunfado.

18 de mayo de 2009

Gracias por el fuego....

El más prolífico escritor uruguayo, integrante de la Generación del 45 fallecio ayer a los 88 años.
Mario Benedetti: Nacido el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros e inscripto bajo el larguísimo nombre de Mario Orlando Hamlet Ardí Brenno Benedetti -una costumbre de su ascendencia italiana-, escribió más de 80 obras entre poemas, novelas, cuentos, ensayos, obras de teatro, crónicas de humor y guiones de cine.
Entre ellas, se destacan "Poemas de la oficina" e "Inventario", la novela "La borra del café", los cuentos "Montevideanos", "El presupuesto", "Puntero izquierdo", "Los pocillos", "Familia Uriarte" y la obra de teatro "Pedro y el capitán".

Artistas como Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Daniel Viglietti, Sandra Mihanovich, Soledad Bravo y Pablo Milanés, entre muchos otros, interpretaron algunos de sus más célebres poemas y los convirtieron en parte del acervo musical popular.

A lo largo de su destacada trayectoria, recibió numerosos premios internacionales como el Reina Sofía de Poesía en 1999, el Iberoamericano José Martí en 2001, el Internacional Méndez Pelayo en 2005 y fue condecorado con la orden venezolana Francisco de Miranda en grado de "generalísimo" en 2007 y designado miembro de honor de la Academia Nacional de Letras de Uruguay.

No sólo su obra fue traducida a más de veinte idiomas, sino que la película "La tregua" dirigida por Sergio Renán y adaptada de su obra homónima, fue candidata a los premios Oscar que entrega la Academia de Hollywood en 1974 en la categoría de mejor película extranjera.

Incluso, el escritor de animó a la actuación en el filme "El lado oscuro del corazón" (1992) de Eliseo Subiela, basado en sus poemas, donde personifica a un marinero alemán que recita uno de sus versos a una prostituta mientras toma un whisky en un cabaret uruguayo.

Benedetti varias veces fue candidato al Premio Cervantes y declarado doctor Honoris Causa por las universidades de Alicante, Valladolid, La Habana y Milán. También obtuvo el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1999), el Premio Iberoamericano José Martí (2001) y el Premio Internacional Menéndez Pelayo (2005).